Trabajar en la Inmobiliaria Quasablanqua es una caja de sorpresas. No hay una semana en la que no entren nuevos clientes, se cierre una venta… o nos traigan un regalo. En este caso es Jose, marido de Sandra, del equipo de Joaquín y Asun, quien nos ha obsequiado con algo muy valioso para él. Este aficionado a la pintura en acuarela nos ha obsequiado con uno de sus últimos cuadros, en el que le da color al paisaje que todos los días apreciamos frente a nuestra oficina.

Un regalo que nos ha hecho mucha ilusión a todos y es por ello que Joaquín no podía pasar la ocasión de agradecerle a Jose que haya pensado en nosotros para que tengamos algo tan preciado. Además, en su visita a nuestra oficina, hemos tenido la ocasión de hablar con él para conocer la verdadera historia de este cuadro.

En efecto, Jose proviene de una familia tradicionalmente ligada a la agricultura. Tanto su padre como su abuelo trabajaban en el mercado, donde vendían el producto de la huerta. En el término de Sagunto tenían campos de naranjas que vendían en la zona de Almenara.

Es así como Jose conoció este paisaje, que le ha maravillado desde el primer momento. Dentro de él, lo que más le llama la atención es el depósito de agua abandonado. No solo porque en su arte tienda a representar elementos industriales, sino porque es el símbolo del cambio de un paisaje que conoció en su infancia.

La pintura es una afición muy grande para Jose. La pintura ha sido una constante en su vida. Cuando era adolescente ambicionaba ser dibujante de cómics. No obstante, en aquella época no era normal. En un momento donde todos debían tener su ofició el se decantó por la metalurgia. Aún así, trabaja como inspector de chapa para coches, comprobando defectos gracias al ojo clínico que ha desarrollado con la pintura.

En cambio, la pintura ha pasado a ser su afición. Una vía de escape que ha retomado gracias a la aparición de la acuarela en su vida. Aunque durante un tiempo tuvo que aparcar los pinceles para dedicarse a su familia, ha conseguido retomarlos gracias a una técnica que define como “muy agradecida: complicada y muy bonita”.

Con ella ha conseguido captar a la perfección uno de los muchos paisajes que esconde Almenara. Y nosotros no podemos estar más agradecidos porque nos ha dado pie a conocer su magnífica historia.