Almenara es una tierra para todos los gustos. Si vas hacia el oeste te toparás con Montalmenara, un magnífico paraje montañoso para los amantes de la sierra. Pero si vas hacia el este, lo que encontrarás será un paraje radicalmente distinto. Otro de los muchos atractivos que hacen de Almenara un municipio tan especial es la Playa de Casablanca. Y no solo porque en ella puedas encontrar nuestra oficina. Almenara también ofrece el encanto del Mediterráneo entre sus bondades.

Sin embargo, no hace tanto que este tesoro de la naturaleza estaba en serio peligro. Año tras año, los vecinos de esta humilde población veían como el mar avanzaba sin piedad hacia sus casas. 

Este factor natural, unido a la Ley de Costas, no solo amenazaba la hermosura de este espacio natural. También la propiedad de aquellos que poseían casas en primera fila. De acuerdo con lo estipulado en esta norma, todo territorio que se encuentre a 100 metros del borde del litoral. Es decir, ¡muchos vecinos de Almenara corrían el riesgo de perder sus casas!

Con el avance del mar, año a año, el borde del litoral se encontraba más cerca de las casas y crecía la amenaza de perderlas. Todo debido a la interrupción del transporte de los sedimentos que el río Ebro vuelca al gran azul. Los espigones que se emplean para defender puertos como el de Burriana o Castellón impedían que la arena llegase a las playas sucesivas y detuviese el avance del agua.

 

La solución a este problema que acosa a todo el litoral Mediterráneo estaba en los espigones. Estas pequeñas construcciones permiten retener parte de la arena que fluye para evitar que esto suceda.

Por suerte, Almenara consiguió que en 2021 estos espigones se arreglasen para que volvieran a ser funcionales. Con ello se ha conseguido que las aguas vuelvan a su cauce y los vecinos no vuelvan a temer por sus casas.